Sinopsis
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través de la Coordinación Nacional de Danza, le invitan a la temporada:
Temporada Diversas Danzas Diversos Cuerpos
con
Rolando Beattie ENSAMBLE Danza Contemporánea
Ceguera - Tienes 2 segundos para pensarlo - 2 segundos
Dirección y coreografía: Rolando Beattie
El anhelo y el ansia como motores de una búsqueda incesante del encuentro con el otro, reducida a un dislocado y torpe intento por la incapacidad de ver más allá de sí. La ferocidad como una audacia no revelada, imperceptible, en hibernación, en reposo; como un estigma, irrenunciable.
Horarios y costos
Boletos individuales:
Luneta 1: $400, luneta 2: $350, anfiteatro bajo: $280, anfiteatro alto: $210, galería: $120.
Descuentos:
50% a maestros, estudiantes y a beneficiarios del INAPAM , directo en taquillas del Palacio de Bellas Artes.
Promoción:
Jueves de 2X1 en Ticktetmaster (Del jueves 3 al jueves 31 de julio)
Programa
CEGUERA - Tienes 2 segundos para pensarlo - 2 segundos
(Duración 60 min.)
El anhelo y el ansia como motores de una búsqueda incesante del encuentro con el otro, reducida a un dislocado y torpe intento por la incapacidad de ver más allá de sí. la ferocidad amansada en una calma que sólo se agita por dentro, muy adentro, en un profundísimo epicentro insospechado; lugar de la violencia más extrema, por sútil y delicada. La ferocidad como una guillotina súbita que nos deja acéfalos sin percibir jamás el momento del deguello. Huracán imperceptible, interior y exterior, suspendido. Una mano lenta que soporta, que pone en vilo y luego suelta. Un beso que inocula el mas dulce veneno. El abismo inevitable entre dos cuerpos. La ferocidad como un vicio, como un virus.; sino y signo. La ferocidad que subyuga, más cuando se niega, cuando se evade, cuando se olvida. El clandestino placer ambiguo, ácido, adictivo de una tierna y brutal violencia. La huella de un momento, cauda imborrable, indeleble, ¿presagio? ¿recuerdo? Todos los cuerpos al borde del presentimiento de la inevitable caída. La persecución, la huida, los regresos. La ferocidad toda. Al principio, en medio y al final, la feroz soledad como una sentencia absoluta, inevitable; ceguera letal frente a la ineludible imposibilidad de ver al otro.
Precipitación. Alud de cuerpos, de ojos, de miradas, de presagios, de abrazos y estruendosos silencios. Pieles que lastiman y desgarran tiernamente, que envuelven, acarician sembrando todos los estragos. La ferocidad como una audacia no revelada, imperceptible, en hibernación, en reposo; como un estigma, irrenunciable. Toda la ferocidad, envuelta de ternura, latente siempre en todo abrazo; acaso distinguible sólo en la respiración, en la cadencia del andar, en el brillo de los ojos, en lo inapelable de nuestra propia naturaleza; oculta incluso en la evidencia. Abandono, zozobra y un abrazo que mece, que suspende y luego se echa al vuelo, manchado de sangre por dentro. Dos manos entrelazadas que nunca se encuentran. Dos bocas devorándose entre sí. Toda la quietud. Precipitación.